Comparación [One-shot/ Dino Rey]

Eran exactamente opuestos. Mientras el doctor Owen era alegre e hiperactivo, su hijo, más bien hijastro, era serio y tranquilo, quizá demasiado para un chico de doce años.
Pero a pesar de no tener nada que ver el uno con el otro, a Spike los pequeños detalles se le hacían iguales: La forma de agarrar el vaso, el gesto que hacían cuando estaban molestos. Eran iguales.
Cuando el doctor le pidió que lo cuidara, no se imaginó a lo que se estaba exponiendo. Y no se refería precisamente a los dinosaurios.
Él era un hombre casado, tenía a Aki y Max, el hijo del que, a pesar de las bajas calificaciones, estaba orgulloso. Pero a pesar de todo eso, él siempre amó al doctor Owen, y eso no significaba que no quisiera a Aki. Era una mujer fabulosa, ingenua y muy dulce, pero no era Owen. Y ahora, no era Rex.
No pudo evitar enamorarse de nuevo. Ambos eran increíbles.
No podía evitar compararlos, tampoco. A las horas de la comida, en el laboratorio, cuando lo veía con Max o jugando con As. Y cuanto más lo veía, más fuertes eran sus sentimientos por él.
La inocencia de los doce, expresada de forma opuesta a la de Max, era lo que le hacía volver a la realidad, y al mismo tiempo volar fuera de ella.
Los sueños lo despertaban a la noche, con un notorio bulto en su entrepierna, iban desde tríos con ambos Owen, hasta simplemente el menor jugando con una pelota de goma.
Definitivamente, eso era exagerado. Estaba mal, muy mal. Obsesionado. Demasiado. Hasta podía llegar a ser peligroso.
Definitivamente, no quería violar al niño. Lo que más odiaría, sería que él fuera quien le robara su dulce inocencia.
Tendría que conformarse con verlo, y forzarse a mostrarse alegre cuando el niño consiguiera a esa persona que lo haría suspirar.
Al menos, aún le quedaba el doctor. El amor que sentía por Úrsula no iba a ser correspondido, y Spike no tendría que soportar verlo emparejado.