One step at a time [Dino Rey/ One-shot]

Hace ya un mes que estoy con él. Es activo, divertido y atento.
No es que no esté feliz con él. Lo quiero y sé que él también, pero aún no llegamos a nada. Apenas y con suerte, un roce de labios.
Hoy me decidí a decírselo. Quiero que lo sepa, y que sepa que sino, le dejaré.
-¿Max? ¿Podría hablar contigo?
-¡Por supuesto! ¿Qué ocurre?
-Estamos juntos desde hace ya todo un mes... hasta ahora, he ido a tu ritmo, ¡Pero resulta que es demasiado lento!- Max me miró sin entender. Sabía que el chico era inocente, pero todo tiene un límite.- ¡Quiero que me tomes, so tonto!- como toda respuesta, se rió en mi cara. Hoy estoy descubriendo muchas cosas de él, y no precisamente agradables.
-¡Pero Zoe! ¡Tenemos doce años! ¿En qué estás pensando?
-No seas infantil. Si me amas, lo harás.
-¡Pero...!
-¡¡Pero nada!! ¡¿Sí o no?!
-¿Sí o no qué?- esa voz, que yo odié desde el primer momento, se hizo presente. Junto a ella venía Rex, quien hace un mes se convirtió en mi ex-novio, aunque yo aún siento algo por él.
A pesar de haber sido yo quien lo dejó, odio que esté con esa rubia desabrida de Camila. Su novia desde hace tres días.
Tiene el pelo rubio oscuro, ojos oliva y es muy alta. Siempre usa vestidos veraniegos. Y aunque deteste admitirlo, tiene mucho más busto que yo.
No puedo creer que Rex se haya olvidado tan rápido de mí. Supuestamente, era el amor de su vida, ¿No? Nunca voy a aceptar que este con esa. Ni siquiera si le está dando una oportunidad para sanar las heridas que le dejé. Al menos, eso oí que le dijo a Max.
Terminé con él por la misma razón por la que estoy a punto de dejar a Max.
-Qué te importa, perra- contesté a la pregunta de Camila, quien solo frunce el seño. Rex hace más presión en su mano, que tenían entrelazadas, y ella se relaja. Es odiosa.
Noto que Max estaba mirando a aquella puta, y le pego una cachetada. Después de un quejido, finalmente me responde.
-Lo lamento Zoe. Pero es un paso a la vez, y vos te estás queriendo saltar varios. Vas a terminar cayendo. Si quieres terminar conmigo por esto, hazlo. Sinceramente, eres muy diferente a como creí que eras.
Ofendida y humillada, me marcho de allí, no sin antes gritarle un muy merecido “¡Ramera!” a Camila.
Antes de salir de la casa, escuché un estallido de risas.