Especial de San Valentín [One-shot/ Dino Rey]

Primero que nada... sí, sé que San Valentín ya pasó. Pero lo escribí para esa fecha, y este foro es muy nuevo.

Una tradición común japonesa es que en el día de San Valentín, el catorce de febrero, las chicas den chocolates a sus personas más queridas. Por esta razón, los hombres limpian sus bancos y sus casilleros esperando recibir algo. Para equilibrar la balanza, el catorce de Marzo es el White Day, donde los chicos devuelven el regalo.
Ese sábado era San Valentín. Día de flores, corazones y cursilerías. El domingo era día de ir al hospital con el azúcar por las nubes.
Zoe Drake había pasado la noche en vela preparando un solo chocolate a mano. El resto se los había comprado en una tienda dedicada principalmente a ello. Lo que podía deducir la chica de esa noche, era que la repostería no era su fuerte. El chocolate se le había quemado las primeras cincuenta veces, y después le había quedado demasiado amargo. Cuando al fin logró hacer un chocolate decente, con dudosa forma, ya era hora de ir a la escuela.
Lo guardó con cuidado, esforzándose por hacer un buen envoltorio, ya que dudaba del contenido.
Esperaba poder ser la primera en darle el regalo.
Camino a la salida les entregó los respectivos chocolates a Reese, su padre y su madre. Menos mal que se había acordado de sacarles el precio.
Ya en la escuela, buscó con la mirada a Max. Se le acercó procurando no parecer muy nerviosa y le entregó uno de los chocolates. El chico se lo agradeció, e intentó no poner cara rara cuando descubrió la etiqueta con el precio.
Max sabía que Zoe no gustaba de él, y sabía de quien sí, lo que lo hacía sentir algo celoso.
La pelirosa le regaló una sonrisa y fue a sentarse a su lugar, justo delante de Rex. No quería arriesgarse a dárselo allí. Esperaría al mediodía.

Mediodía. Tenía que darle el chocolate a su persona especial antes del timbre de regreso a clases. Se lo había impuesto como límite.
Lo buscó, pero no lo encontró. Ya faltando cinco minutos para el timbre recordó que esa persona y Max se encontraban últimamente en la azotea para almorzar.
Subió con cuidado, dispuesta a darles una sorpresa.
Cuando abrió la puerta, se encontró con la, para ella, terrible escena de Rex siendo besado con dulzura por Max. Una clásica caja de chocolates con forma de corazón descansaba a un lado de los amantes.
Volvió a cerrar la puerta con cuidado. Después de todo, el día de San Valentín no solo era para el amor, también para la amistad. Los dejaría en paz.
Que se prepararan para un duro interrogatorio al día siguiente.